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Juan Carlos Najera es un referente en el ciclismo de aventura, participando en carreras extremas como la Idita Bike y la Crocodile Trophy. Tras un accidente en Chamonix, cambió de deporte y pasó al ciclismo. Comenzó a explorar límites y retos extremos, convirtiéndose en una leyenda del deporte.
La persona participó en competencias de mountain bike en los años 90, incluso en pruebas ultra extremas. Su motivación era disfrutar de su pasión, aunque con la edad y problemas físicos prefiere participar en pruebas más cortas. En aquellos tiempos, las comunicaciones eran difíciles y las bicicletas y la indumentaria no eran tan avanzadas como hoy en día.
Las pruebas se realizaban con brújula y mapa, sin tecnología GPS. Las bicicletas eran convencionales con llantas un poco más anchas y la ropa no era tan técnica como la actual. La evolución en la bicicleta ha sido mayor que en la ropa.
Participar en estos desafíos requiere una preparación mental y física extrema. Las jornadas de 24 horas empujando la bici son comunes. El paisaje se vuelve monótono, pero desafiar a la naturaleza y superarte a ti mismo es lo que engancha.
La capacidad de sufrimiento y resistencia es clave, más importante que la velocidad. Se necesita preparación mental para afrontar situaciones extremas como pinchar a 40 grados bajo cero. La clave del rendimiento físico está en la fortaleza mental y la preparación adecuada.
Juan Carlos destacó la importancia de la resistencia mental en sus desafíos extremos. Compartió experiencias de sufrimiento y superación en competiciones como la Iditarod y el Himalaya. A pesar de las dificultades, guarda buenos recuerdos y estaría dispuesto a repetir.
Narró anécdotas de supervivencia, competición y momentos extremos en diferentes pruebas, mostrando su espíritu perseverante. El hablante describe cómo un monje le ayudó a curarse mientras estaba enfermo en un campamento, aunque tuvo dificultades para comer y beber después. Además, menciona su experiencia como organizador de eventos y la intensa preparación previa a los mismos.
Durante el día del evento, se siente estresado y preocupado por la seguridad de los participantes, prefiriendo incluso picar piedra en una mina que estar presente debido a la ansiedad por posibles accidentes. El hablante cuenta una anécdota sobre cómo fue contactado por un teniente coronel para pedirle consejo sobre comprar una bicicleta, durante una situación inesperada. Luego habla sobre la popularidad creciente de las bicicletas Gravel en comparación con las bicicletas de montaña, destacando la versatilidad y ventajas de las primeras.
También menciona experiencias pasadas en el desarrollo y aceptación de diferentes modalidades de bicicletas. La tendencia en el ciclismo gravel se divide entre competición y disfrute. Nájera apuesta por los usuarios que disfrutan más allá de competir.
Se debate si la bicicleta gravel debe limitarse a ciertos terrenos. Se prevé que las tendencias que predominarán son la competición y el disfrute, similar al ciclismo de montaña. Orbea se distingue por no buscar rentabilidad en eventos al vender bicicletas.
En resumen, el enfoque de los organizadores de eventos es brindar experiencias y emociones a los participantes, más allá de solo promocionar sus bicicletas. Priorizan la satisfacción del participante ofreciendo servicios de alta calidad, como alimentos elaborados por un reputado chef. Buscan crear un ambiente acogedor y turístico, lejos de la competencia pura, para que las personas disfruten del entorno y la bicicleta de manera recreativa.
El interlocutor ha notado su aumento en el uso de la bicicleta Gravel y su preferencia por este tipo de terreno, aunque alterna con bicicletas de carretera y montaña según su ubicación. Comenta la flexibilidad y adaptabilidad de cada tipo de bicicleta para diferentes tipos de terreno. Además, expresa su interés en pedalear en México debido a su experiencia previa y aprecio por el país.
El anterior invitado dejó la pregunta de si también estaría dispuesto a rodar en México y por qué. Juan Carlos está invitando a participar en Orbea Gravel Ríoja Alavesa debido al entorno de la prueba, las bodegas, la gastronomía y el paisaje. Se destaca la belleza visual del entorno en esta época del año.
Se menciona que la climatología del año anterior fue más adversa en comparación con la última edición. El invitado se mostró contento y agradecido por la organización y la participación en la prueba.